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Ilustración que representa varios tipos de iniciativas solidarias, como colectas de alimentos, donaciones de juguetes y ayudas a la vivienda.
Este año, la solidaridad se ha manifestado de formas nunca vistas. En Detroit, llegó de la mano de 14.000 mascarillas hechas a partir de pajaritas y viejos disfraces de desfiles gracias a dos empleados de Apple, Anthony Garrett-Leverett y Joe Cayao, y sus amigos y compañeros de trabajo.
“Cuando se nos ocurrió reutilizar materiales para ayudar a la gente, enseguida supimos dónde buscar”, dice Garrett-Leverett, un Experto Técnico de la tienda Apple Twelve Oaks que ha perdido a varios amigos a causa de la COVID-19.
En marzo, Garrett-Leverett descubrió que Cayao, un compañero de Apple, había comenzado a usar los materiales de su negocio de pajaritas para fabricar mascarillas para los que más las necesitaban. Al mismo tiempo, se enteró de que los empleados de una compañía de desfiles local tenían un montón de disfraces viejos que querían convertir en mascarillas. Su coordinación dio como resultado 14.000 mascarillas que repartieron por hospitales, residencias y a trabajadores de primera línea dentro del área metropolitana de Detroit.
“La pandemia está siendo muy dura para todos, así que nos alegramos de haber puesto nuestro granito de arena para ayudar a los demás”, dice Cayao. “Queríamos donárselas a cualquiera que las necesitara porque, a fin de cuentas, todos estamos en el mismo barco”.
Conjunto de imágenes en las que aparecen Anthony Garrett-Leverett, Joe Cayao y algunas de las mascarillas que fabricaron con la ayuda de The Parade Company.
Varios empleados de Apple Twelve Oaks, entre ellos Anthony Garrett-Leverett (arriba a la derecha) y Joe Cayao, obtuvieron de The Parade Company los materiales necesarios para fabricar 14.000 mascarillas y repartirlas por el área metropolitana de Detroit.
Garrett-Leverett y Cayao son dos de los miles de empleados de Apple que han ayudado a organizaciones en comunidades grandes y pequeñas con su tiempo y dinero, lo que ha hecho de este año el más importante hasta la fecha para el programa Apple Giving. Por cada hora que un empleado se ofrece como voluntario y por cada dólar que dona, Apple hace una aportación económica equivalente a la misma organización. Desde el inicio del programa en 2011, los empleados de Apple han recaudado casi 600 millones de dólares y han hecho más de 1,6 millones de horas de voluntariado para más de 34.000 organizaciones.
Esto se suma a las donaciones a título empresarial que el equipo de Inversiones Comunitarias de Apple hace cada año a organizaciones sin ánimo de lucro de todo el mundo, como Feeding America, FIRST, el Fondo Malala, Simplon y muchas más. Apple también está invirtiendo en un programa anual de subvenciones multimillonarias que está orientado a apoyar a las organizaciones en las comunidades donde viven y trabajan sus empleados, lo que incluye bancos de alimentos, servicios sociales y de salud, programas de arte para jóvenes y mucho más. Esta Navidad, Apple va a donar otros 5 millones de dólares a distintas organizaciones que están ayudando a familias y comunidades de todo el mundo a mitigar los efectos de la COVID-19 proporcionándoles desde alimentos hasta atención médica.
Tres estadísticas muestran el impacto del programa Apple Giving desde su inicio en 2011.
Ante los retos planteados por la pandemia, los empleados de Apple han encontrado nuevas formas de seguir haciendo algo bueno por la sociedad mediante iniciativas de voluntariado virtuales o presenciales, como el evento Miles for Refugees de la Cruz Roja Británica en Reino Unido. Los participantes, que eligieron una distancia objetivo basada en viajes reales que los refugiados realizan en busca de acogida y de una nueva vida, recolectaron dinero de los patrocinadores para completar el evento realizando una actividad física de su elección. Los voluntarios de Apple formaron el equipo de empresa más grande que participó en 2020.
“El evento de este año ha recaudado más de 2 millones de libras, y no podríamos haberlo hecho sin el apoyo de todos los voluntarios de Apple”, dice Maddy Janes, gerente de eventos de alta participación de la Cruz Roja Británica.
En India, la empleada de Apple Chandrika Raghunath, junto con su hijo y su sobrina adolescentes, se ofrecieron para crear guías de estudio en Keynote para Abhyudaya, un colegio para niños desfavorecidos. Como sabían que los alumnos ya no podían asistir a clases presenciales, Raghunath y sus compañeros de Apple dedicaron 300 horas a crear recursos virtuales para que los chavales pudieran continuar su aprendizaje desde casa.
Fei Ren, empleada de Apple en Shanghái, no ha interrumpido sus labores de voluntariado semanales con el grupo beYoureyeS, en las que acompaña a personas invidentes mientras pasean o corren al aire libre. Para Ren era muy importante encontrar una forma segura de mantener su extensa relación con la organización, a la que considera parte de su familia.
Este año, muchos colectivos se han enfrentado a problemas como dificultades económicas e inseguridad alimentaria. Apple y sus empleados han hecho donaciones a bancos de alimentos de todo el mundo, incluido el Münchner Tafel de Múnich, que proporciona comida a más de 20.000 ciudadanos cada semana.
“Ese dinero nos permite planificarnos con cuatro, cinco y hasta seis meses de antelación, lo cual es muy importante porque dependemos de las donaciones”, dice Angela Zacher, directora de prensa y relaciones públicas del Münchner Tafel. “Es lo que nos ayudará a superar esta crisis alimentaria”.
En Austin (Texas), ciudad que alberga el mayor campus de Apple fuera de Cupertino (California), la organización Caritas of Austin trabaja con personas sin hogar o en riesgo de desahucio. Entre marzo y septiembre de 2020, encontró casa para un 30% más de personas y familias que en el mismo periodo del año pasado. También ofreció apoyo financiero a muchas personas que perdieron sus empleos debido a la pandemia.
Imagen de tres personas levantando una casa que representa las ayudas a la vivienda.
“Nuestro nuevo objetivo con estas personas es que conserven sus casas”, dice Amy Jackson, directora de desarrollo de Caritas of Austin. “Estamos muy satisfechos de poder seguir adelante con el proyecto”.
Un año más, Apple y sus empleados han colaborado con Caritas of Austin ayudando a proporcionar alimentos, asesoría laboral y alojamiento a familias de toda la ciudad.
“Apple es como un negocio local más de Austin”, dice Troy Gilbert, director de grandes donaciones de Caritas of Austin. “Significa mucho para nosotros recibir ayuda a nivel local de una empresa con un papel tan destacado en la sociedad”.
La organización de servicios sociales West Valley Community Services lleva casi 50 años proporcionando asistencia a las familias de Cupertino (la ciudad en la que nació Apple) y sus alrededores. La entidad, que ayuda a las personas que viven por debajo del umbral de la pobreza con el alquiler, los suministros y la comida, ha visto un aumento alarmante en el número de familias necesitadas desde que comenzó la pandemia.
Imagen de tres personas llenando una bolsa de verduras que representa la labor de los bancos de alimentos.
Apple y sus empleados llevan años haciendo donaciones a West Valley Community Services. Este año, además de las contribuciones financieras y el apoyo de los voluntarios, Apple ha donado miles de kilos de fruta de los árboles del Apple Park. La organización distribuye estos alimentos en su propio local y mediante la entrega a domicilio.
“No habríamos podido con tanta demanda si no tuviéramos socios que se preocupan de que los recursos acaben en manos de quienes más lo necesitan, como es el caso de Apple”, dice Josh Selo, director ejecutivo de West Valley Community Services. La organización ayudó a casi 3.300 personas durante el año que acabó en junio de 2019, cifra que aumentó casi un 40% y ascendió a más de 4.500 durante el que acabó en junio de 2020, solo unos meses después del inicio de la pandemia. Selo opina que esa cifra seguirá subiendo.
Shefali Lakhani se puso en contacto con West Valley Community Services cuando su marido se quedó sin trabajo podo después de comenzar la pandemia. La pareja acababa de tener un bebé y tenía problemas para llegar a fin de mes. La organización los ayudó con el alquiler durante meses hasta que el marido de Lakhani encontró un nuevo empleo.
“Nuestro gestor hizo todo lo posible y más para asegurarse de que recibiéramos ayudas para el alquiler”, dice Lakhani. “Ha sido una gran noticia para nosotros porque lo hemos perdido todo durante la pandemia, pero ahora nos estamos recuperando”.
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Imágenes del año más solidario de Apple

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